Consejos de co-paternidad: Dar prioridad a los hijos después del divorcio

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Pasar por un divorcio es duro. Que haya niños involucrados lo hace aún más difícil. Cuando pasan de ser cónyuges a copadres, centrense en las necesidades de sus hijos. Aunque su matrimonio termine, siguen siendo padres juntos.

Como psicólogo, quiero ayudar a que este cambio sea suave para tus hijos. Tengo consejos basados en la investigación para ayudar a salvaguardar a sus hijos durante y después del divorcio.

Comprender la experiencia de su hijo

En primer lugar, sepa cómo se siente su hijo. El divorcio es un cambio enorme en la vida de un niño.

Su familia y su rutina cambian. Los niños suelen sentirse sorprendidos, preocupados, enfadados, culpables o tristes por la separación de sus padres. Las reacciones varían según la edad:

  • Los preescolares pueden aferrarse, tener problemas de sueño o actuar como si fueran más pequeños. Pueden pensar que es culpa suya. Necesitan seguridad.
  • Los niños de primaria pueden preocuparse por dónde vivirán o por el dinero. Algunos se comportan mal y otros se retraen. Las dificultades escolares pueden ocurrir.
  • Los adolescentes suelen ocultar sus sentimientos, pero en su interior sienten una ira o una depresión intensas. Puede producirse consumo de drogas/alcohol, comportamientos de riesgo o rebeldía.

Entender cómo se siente su hijo le permite responder con cuidado. Proporcióneles vías de expresión. Dar seguridad durante este duro cambio.

Mantener abierta la comunicación

Una vez iniciado el divorcio, la comunicación entre los padres suele resentirse. Pero mantenerse en contacto debe ser un objetivo prioritario.

A los niños les preocupa perder el contacto con uno de sus progenitores tras el divorcio. Tranquilícelos fijando visitas periódicas con cada uno de ustedes. Trabajen juntos en un horario de custodia que se adapte a las necesidades de todos. Sea flexible cuando se produzcan cambios.

Hable de los acontecimientos escolares importantes, las actividades, los viajes y todo lo relacionado con los niños. No lo des por sentado: compruébalo antes de inscribirlos durante el horario del otro progenitor.

Comparta actualizaciones sobre salud, progresos, retos y noticias. Herramientas como OFW pueden ayudar a documentar. El correo electrónico también funciona para mantener conversaciones tranquilas. Céntrate en los niños.

Presentar un frente unido

No hay nada que preocupe más a los niños que el desacuerdo de los padres sobre las normas y las elecciones. A los niños les va mejor cuando los padres se ponen de acuerdo sobre las expectativas y la disciplina.

Puede que tú y tu ex seáis padres de forma diferente. Pero resuelve las diferencias en privado. Pónganse de acuerdo antes de informar a los hijos de los cambios tras el divorcio. Si uno de los padres establece una nueva norma, el otro debe apoyarla cuando los niños estén allí.

Antes de tomar una decisión, hablen de las opciones más importantes, como los colegios, las excursiones, las actividades y los procedimientos médicos no urgentes. En cuanto a las decisiones cotidianas, diríjase al progenitor que tenga la custodia.

Haz un documento compartido en el que se detallen los acuerdos, directrices, normas y horarios. Esto ayuda a minimizar la confusión y a actualizar cuando sea necesario.

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Gestionar bien las transiciones

Intercambiar niños de un hogar a otro exige tener cuidado con sus sentimientos. Haga que los traspasos se sientan estables y tranquilos.

Evite las peleas delante de los niños, sobre todo al recogerlos o dejarlos. Pueden sentirse atrapados en medio. Si es necesario, hable de los temas delicados en privado antes o después.

Cumpla el horario de visitas salvo en caso de urgencia. Siga rutinas de ubicación, horario, empaquetado de objetos favoritos y despedida. Los niños quieren regularidad. Sigue hablando con educación, sin criticar.

Si procede, incluya al otro progenitor en acontecimientos especiales -partidos, recitales, conferencias-, incluso durante su tiempo. Tu flexibilidad demuestra a los niños que aún podéis ser padres juntos.

Asegúrese de que los niños tengan recuerdos, fotos y regalos de su otro hogar para evitar que sientan que una parte está olvidada. Apoya su relación.

Proteger a los niños de los problemas de los adultos

Los niños nunca deberían estar en medio de las peleas de los mayores. Protegerles de los aspectos prácticos y emocionales del divorcio.

Nunca critiques o demonices a tu ex delante de tus hijos, aunque estés enfadado. Mantente neutral si mencionas a sus padres. Hablar mal confunde y molesta a los niños.

Tampoco pidas a los niños información sobre la vida personal de tu ex. Hablar de dinero, citas u otros asuntos privados con tus hijos está mal. No son mensajeros ni confidentes.

Si los conflictos continúan, busca ayuda profesional a través de asesoramiento o mediación. O busca un tercero neutral para los intercambios. No expongas a los niños a discusiones. Concéntrese en su bienestar.

En general, el objetivo es una co-paternidad educada, no una amistad íntima. Coopera pero mantén unos límites emocionales adecuados. Las conversaciones deben centrarse en los niños.

Acordar normas y disciplina

Nada preocupa más a los niños que unas normas y una disciplina diferentes en cada casa. Desde el principio, póngase de acuerdo sobre las expectativas.

Hable de la hora de acostarse, el tiempo frente a la pantalla, los deberes, las tareas domésticas, las prácticas sanitarias y otras áreas de coherencia. Que desaparezca la estructura al cambiar de casa es inquietante.

Lo ideal es alinear al máximo las rutinas diarias en cada hogar. Los niños se benefician de horarios regulares para despertarse, acostarse, comer, hacer los deberes, realizar actividades y relajarse.

Coordina también los métodos disciplinarios siempre que sea posible, para que los niños no se confundan con las consecuencias de sus comportamientos. La crianza de los hijos varía, pero hay que encontrar puntos en común.

Compruébalo a medida que los niños crecen o si surgen dificultades. Debéis uniros en grandes temas como el consumo de sustancias, la escuela, los toques de queda y la seguridad.

Fomentar el contacto con los padres

A menos que uno de los progenitores sea inseguro, los niños necesitan pasar tiempo con ambos después del divorcio. No des prioridad a un hogar sobre otro.

Las investigaciones demuestran que los niños que pierden el contacto con uno de sus padres suelen tener más dificultades emocionales y afectivas tras el divorcio. Pueden sentirse rechazados si un progenitor se desentiende.

Por supuesto, uno de los progenitores puede acabar mudándose o consiguiendo un trabajo que complique las visitas. O a medida que los niños crecen, las actividades limitan la disponibilidad. Sigue intentando maximizar el tiempo juntos.

Fomente el contacto entre visitas: llamadas, mensajes de texto, cartas, paquetes de asistencia. Sea generoso con las visitas durante las vacaciones, los días festivos y las pausas escolares si la distancia es un problema.

Hable también positivamente de la implicación del otro progenitor. Di que te alegras de que hayan pasado un fin de semana divertido juntos. No desalientes el contacto interrogando o culpabilizando a los niños después de las visitas. Escuche con atención.

Permitir que los niños quieran a ambos padres

En un divorcio, es normal que te preocupe que tus hijos te tengan más antipatía que tu ex. Pero no compitas por la lealtad o el amor.

Las declaraciones que obligan a los niños a elegir bando -como «¡Tú quieres más a tu padre!» – provocan ansiedad. Los niños no deberían tener que ocultar sus sentimientos hacia uno de sus padres para complacer al otro.

Apoye la relación de su hijo con ambos progenitores. Si está emocionado tras una salida divertida con el otro progenitor, comparte su alegría. No te lo tomes como algo personal. En la coparentalidad no se puntúa.

Y deja que los niños también expresen emociones difíciles. Si están tristes por dejar a mamá, que se lo digan a papá sin sentimiento de culpa. Ayúdeles a procesar sentimientos complejos de divorcio en lugar de reprimirlos.

Y lo que es más importante, nunca manipules el favor mediante sobornos, culpabilización o comparaciones. Ama plenamente, no condicionalmente. Tu amor es su fundamento.

Mantener un enfoque infantil en las nuevas relaciones

A la larga, seguir adelante requiere reflexión a la hora de coparentar. Tienes todo el derecho a rehacer tu vida, pero ten cuidado al presentar a tus hijos a nuevas parejas.

Ten paciencia con tus hijos, aunque quieras que se relacionen con alguien importante para ti. Hasta que la relación sea estable, limita el contacto y el afecto delante de los niños. Desde el principio, presente a los nuevos compañeros como «amigos», no como un interés romántico.

Asegúrese de que sus compañeros entienden y respetan los límites con sus hijos. Discuta de antemano las expectativas en torno a la disciplina, los regalos, las funciones y el afecto. Nunca fuerces las relaciones prematuramente.

Tenga especial cuidado al presentar a sus parejas durante las transferencias de custodia o en acontecimientos importantes relacionados con los hijos. Y no dejes que las nuevas relaciones perjudiquen la comunicación con tu coparental. Proteger a los niños es la prioridad.

Gestione primero sus propias emociones

El divorcio es devastador para la mayoría de las personas. El dolor abrumador, la ira, la soledad y el rechazo son habituales. Pero ten mucho cuidado de no apoyarte en tus hijos en estos duros momentos.

Los niños no deben sustituir a los confidentes o terapeutas adultos. No los agobies con detalles sobre problemas matrimoniales, asuntos legales o tu dolor por la ruptura. Consigue el apoyo de un adulto.

Practica el autocuidado a través del ejercicio, el asesoramiento, el tiempo con amigos, el diario, cualquier cosa saludable que te ayude a procesar las emociones adecuadamente. No hagas de tus hijos tu única salida.

No hagas daño a los niños luchando por la custodia, hablando mal de tu ex o utilizándolos como peones por tu desamor. Cálmate siempre antes de intervenir.

Preservar el bienestar de tus hijos debe ser prioritario sobre tu propia curación. Evite que se conviertan en víctimas de su divorcio.

Crear nuevos rituales familiares

Con la antigua familia desaparecida, el establecimiento de nuevos rituales y tradiciones puede proporcionar consuelo en esta «nueva normalidad».

Quizás preparar juntos un desayuno especial los domingos, cuando los niños están en casa. Únase a un equipo de fútbol de la comunidad para compartir una actividad. Lean cuentos juntos por videoconferencia cuando estén separados.

La simple coherencia, como comer en el mismo restaurante después de las entregas o jugar a juegos de mesa los viernes, proporciona estabilidad. Deje que los niños elijan sus nuevas rutinas.

Hable también de adaptar tradiciones anteriores, como vacaciones, cumpleaños y viajes, a su nueva estructura familiar. Si es posible, conserve recetas, actividades o lugares especiales.

Céntrate en crear momentos alegres ahora. Con el tiempo, tu familia podrá hacer celebraciones y rituales propios de vuestra nueva relación de coparentalidad.

El divorcio trastorna la vida que los niños han conocido. Como padres, guíenles en este cambio de la forma más saludable posible.

Limitar su exposición a los conflictos de los adultos. Trabajen juntos para satisfacer las necesidades de sus hijos. Ambos padres deben asegurarles con palabras y acciones que se les quiere incondicionalmente.

Con madurez y compromiso con las mejores prácticas de coparentalidad, los niños no sólo pueden sobrevivir, sino prosperar tras el divorcio.

Si observa problemas continuos, busque ayuda profesional. Por lo demás, ten fe en que tus hijos se adaptarán bien si les das prioridad. Mientras el matrimonio termina, la familia continúa.

Si estás pasando por un divorcio con hijos de por medio, sé que puede ser un cambio increíblemente difícil. Mis consejos pretenden servir de orientación, pero la situación de cada familia es única.

Estoy dispuesto a reunirme con usted individualmente. Podemos discutir su situación y crear un plan personalizado. Este plan ayudará a sus hijos a adaptarse de la mejor manera posible.

Póngase en contacto con nosotros para programar una consulta en la que podamos explorar estrategias para minimizar los trastornos y apoyar emocionalmente a sus hijos.

Estoy aquí para ayudarle a navegar por este proceso con éxito para que sus hijos sigan sintiéndose seguros, protegidos y queridos.

Llame a mi oficina al (561) 376-9699 / (305) 981-6434 para concertar una cita con el Dr. Benejam.

Con compasión y compromiso con la coparentalidad cooperativa, podemos construir una base sólida para el futuro de su familia.