¿Qué es un suceso traumático? ¿He sufrido un trauma?

Acontecimiento traumático

En primer lugar, cualquier experiencia es subjetiva, lo que significa que lo que importa es cómo la percibimos cada uno de nosotros. Trauma es cualquier evento que puede afectar de manera física, emocional, espiritual o psicológica.

Por lo general, está relacionado con la presencia de una amenaza percibida que puede ser aterradora y angustiosa.

Cuando se está expuesto a un incidente traumático, es común experimentar también disociación (desapego o sensación de estar fuera del propio cuerpo) y, a veces, pérdida de memoria o amnesia.

Algunos ejemplos de sucesos traumáticos pueden ser eventos relacionados con la guerra, abuso sexual o físico, un desastre natural (huracán, tornado, terremoto, incendio), violencia doméstica, un accidente de tráfico grave, violencia comunitaria (atraco, robo, tiroteo, acoso escolar), un diagnóstico que pone en peligro la vida (cáncer, VIH/SIDA, esclerosis múltiple, etc.), entre otros.

Además, algunas personas pueden quedar traumatizadas por una serie de traumas “menores” que tienen algún tipo de efecto acumulativo.

La mayoría de las personas que han estado expuestas a incidentes traumáticos terminan en un estado emocional y mental frágil que interfiere significativamente con algún nivel de funcionamiento o afecta la vida de la persona de diferentes maneras.

El «nombre» oficial asignado a los efectos de un evento traumático es trastorno de estrés postraumático (PTSD). Los criterios de diagnóstico para el PTSD incluyen algunos elementos importantes: Exposición a factores estresantes, Síntomas intrusivos (por ejemplo, recuerdos o flashbacks no deseados, pesadillas, reactividad a los recordatorios), Evitación (sentimientos, pensamientos, recordatorios), Alteraciones cognitivas y del estado de ánimo (incapacidad para recordar, pensamientos negativos y afecto, aislamiento), y Alteraciones de la Excitación y la Reactividad (irritabilidad, agresividad, hipervigilancia, dificultad para concentrarse o dormir, sobresaltos fáciles).

Es importante destacar que parte del diagnóstico consiste en que estos síntomas de TEPT generan un malestar significativo o un deterioro funcional.

Debido al frágil estado emocional y mental asociado con el PTSD, muchas personas afectadas tienen dificultades para buscar ayuda (parte de la «evitación») e intentan continuar con sus vidas por su cuenta.

¿Qué hacer? La mejor opción para cualquier persona que experimente alguno de estos síntomas es ser evaluado y tratado por un profesional o psicólogo debidamente capacitado. La evaluación incluye una entrevista clínica y, en algunos casos, el uso de escalas o instrumentos psicológicos que confirman la presencia y el grado de sintomatología.

Hay varios enfoques de tratamiento que están probados por la investigación para trabajar. La exposición prolongada (EP) te ayuda a recuperar el control al enfrentar gradualmente tus sentimientos y pensamientos negativos. Implica hablar sobre su trauma de una manera segura y guiada y una exposición gradual a situaciones que se evitan debido al trauma.

La Terapia de Procesamiento Cognitivo (CPT) ayuda a replantear pensamientos y emociones negativas a través de diferentes técnicas. La desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) consiste en procesar los peores recuerdos a través de repeticiones de movimientos oculares o cualquier otra estimulación bilateral (por ejemplo, sonido o sensación que cambia de un lado a otro).

La hipnosis también es una herramienta que se utiliza para ayudar a las personas a afrontar el tener que procesar experiencias traumáticas y emocionalmente cargadas. Es importante encontrar un profesional capacitado en algunas o todas estas técnicas.

El objetivo es que la persona afectada pueda pensar o hablar sobre el suceso sin mucha angustia o emoción, y ayudarla a recuperar el nivel de funcionamiento que tenía antes del suceso traumático.

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