Un IME generalmente implica:

1. Revisión de registros médicos y psicológicos relevantes para evaluar el funcionamiento previo y posterior a la lesión y cualquier condición preexistente.
2. Evaluación de la progresión de la lesión, enfermedad o trastorno mental.
3. Recopilación de información de antecedentes pertinente, incluidos antecedentes personales, educativos, laborales, de salud mental, de consumo de sustancias, sociales y médicos.
4. Entrevista clínica, comparando el relato actual del individuo con declaraciones anteriores y otra documentación.
5. Análisis de registros colaterales y entrevistas (si es necesario) sobre el funcionamiento antes y después de la lesión.
6. Diferenciación entre quejas subjetivas y hallazgos objetivos.
7. Pruebas psicológicas integrales para evaluar la psicopatología general, los factores de personalidad, el funcionamiento intelectual y el impacto del trauma.
8. Evaluación de la validez de los síntomas para detectar cualquier exageración, simulación o engaño.
9. Proporcionar pronóstico y recomendaciones de tratamiento cuando corresponda.