¡La ansiedad puede ser abrumadora! O es constante o se experimenta bajo ciertas circunstancias. La ansiedad suele estar relacionada con la incertidumbre y el estrés, o podemos estar genéticamente predispuestos.
Independientemente de su origen, domar o eliminar la ansiedad se convierte en una necesidad. La mejor manera es evitar que suceda. Como parte del «estilo de vida» de la prevención, tenemos varios elementos. Sí, “estilo de vida”. Prevenir la ansiedad no puede ser un esfuerzo o una actividad improvisada. Necesitamos administrar nuestras vidas de manera proactiva para evitar que la ansiedad se apodere de nuestras vidas.
Una de las mejores formas de conseguirlo es llevar un estilo de vida saludable. Comer y dormir bien son básicos. Evitando también el uso excesivo de algunos productos que pueden inducir o exacerbar la ansiedad como el café, las bebidas energéticas, etc. Dormir se vuelve muy importante, pero esto es un desafío dada nuestra sociedad de alta velocidad y el intenso enfoque en las redes sociales y la electrónica. Intente dormir al menos entre 6 y 8 horas al día y facilítelo evitando los aparatos electrónicos y las películas, música, etc. de alta estimulación antes de irse a dormir.
¡Ejercicio, ejercicio, ejercicio! El ejercicio no sólo nos ayuda a tener buen aspecto (uno de nuestros propósitos de Año Nuevo más comunes), sino que también produce endorfinas que tienen un efecto calmante en nuestra mente y nuestro cuerpo. Asegurarse de que el ejercicio se incorpore como parte de nuestro horario y se haga regularmente se convierte en un elemento crítico.
Por último, tenemos que aprender a manejar y hacer frente al estrés. Como parte de la prevención de la ansiedad y el estrés, debemos ser honestos y realistas sobre la carga de trabajo y las responsabilidades que asumimos en la vida (personal y laboral). Los signos de riesgo pueden ser un horario muy cargado con pocas pausas entre actividades, estar implicado en situaciones de mucho estrés (laboral y personal) y no dedicar suficiente tiempo a descansar o reponer fuerzas participando en actividades agradables.
Ser capaz de abordar y gestionar las áreas mencionadas, entre otras, garantizará la prevención de la acumulación de ansiedad y estrés.
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