Octubre es el Mes de Concienciación sobre la Violencia Doméstica, un momento importante para arrojar luz sobre este problema social a menudo oculto.
La violencia doméstica, también llamada violencia de pareja, engloba las acciones perjudiciales utilizadas para controlar a una pareja romántica o con la que se sale. Aunque la concienciación es cada vez mayor, el maltrato doméstico sigue siendo un problema generalizado que afecta a millones de personas.
Sin embargo, hay ayuda disponible a través de servicios de apoyo y planificación de la seguridad. Este artículo define la violencia doméstica, analiza su prevalencia y los factores de riesgo, y ofrece orientación para reconocer los malos tratos y acceder a la ayuda.
Juntos podemos difundir la comprensión y ayudar a acabar con la violencia de pareja.
Definición del maltrato doméstico
La violencia doméstica se produce cuando uno de los miembros de la pareja utiliza tácticas abusivas para controlar y tener poder sobre el otro en una relación íntima. Estas acciones perjudiciales pueden adoptar muchas formas:
- Maltrato físico: golpes, bofetadas, empujones, estrangulamiento, lanzamiento de objetos.
- Abuso sexual y coacción: tocamientos no deseados, violación, presión o fuerza para realizar actos sexuales.
- Abuso emocional/mental: amenazas verbales, acoso, intimidación, humillación, aislamiento de amigos y familiares.
- Abuso digital: vigilancia de la actividad en línea, ciberacoso, abuso sexual basado en imágenes.
- Abuso financiero: control total del dinero y las posesiones.
- Coacción reproductiva: manipulación de métodos anticonceptivos, presión para quedarse embarazada.
- Acoso: llamar, enviar mensajes de texto, seguir, presentarse sin invitación.
Estas acciones se producen en ciclos, en los que la tensión aumenta hasta que se produce un estallido abusivo. Después, hay un periodo de calma antes de que vuelva a empezar. La frecuencia y la gravedad tienden a aumentar con el tiempo.
¿A quién afecta?
- En Estados Unidos, 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 9 hombres sufren violencia de pareja.
- Las parejas íntimas han acosado a 18,3 millones de mujeres y a 5,1 millones de hombres a lo largo de su vida.
- Las parejas íntimas matan a 1 de cada 6 víctimas de homicidio, y las parejas matan a más de la mitad de las mujeres víctimas de homicidio.
- La violencia doméstica afecta de forma desproporcionada a las comunidades marginadas, como las minorías raciales, étnicas y sexuales, los inmigrantes, las personas con discapacidad y quienes viven en la pobreza.
- Aunque los malos tratos afectan a personas de todas las edades, las que corren mayor riesgo son las de 18 a 24 años.
- Muchos estudiantes de secundaria en Estados Unidos sufren maltrato físico por parte de sus parejas, con cerca de 1,5 millones de afectados cada año.
Reconocer las dinámicas abusivas
Como la violencia doméstica suele empezar de forma sutil y escalar gradualmente, muchas víctimas no se dan cuenta de que están en una relación abusiva. Pueden creer erróneamente que los celos, la posesividad, las humillaciones verbales y otros comportamientos controladores son normales en las relaciones sentimentales. Sin embargo, los siguientes signos podrían indicar una relación abusiva:
- Un compañero que te menosprecia o intenta controlar tus comportamientos, relaciones o acceso a recursos como dinero, empleo o transporte.
- Alguien que presiona o fuerza un contacto sexual no deseado sin tener en cuenta el consentimiento.
- Un compañero que comprueba tu móvil con frecuencia, te sigue, destroza tus pertenencias o te acosa en persona o por Internet.
- Violencia física de cualquier tipo, como golpes, empujones, lanzamiento de objetos o contención no deseada.
- Amenazas de hacerle daño a usted, a sus seres queridos o a sus mascotas si no accede a sus demandas.
- Intimidación y amenazas relacionadas con su situación documental, sexualidad, derechos de custodia u otras vulnerabilidades.
- Aislamiento de la familia y los amigos o pérdida de autonomía sobre las conexiones sociales y las actividades cotidianas.
Si observa un patrón de múltiples comportamientos controladores y dañinos por parte de su pareja, podría estar sufriendo maltrato doméstico.
Superar las ideas erróneas
Persisten muchos mitos en torno a la violencia doméstica que impiden a las víctimas reconocerla y buscar ayuda. Entre los conceptos erróneos más comunes se incluyen:
Mito: Sólo le ocurre a determinadas personas. Realidad: El maltrato puede ocurrirle a cualquiera, independientemente de su sexo, edad, raza, educación, nivel de ingresos u otros factores demográficos.
Mito: El maltrato físico es peor que el emocional. Realidad: Todas las formas de violencia doméstica causan daños que repercuten a largo plazo en la salud y el bienestar.
Mito: Las víctimas deben ser pasivas o sumisas. Realidad: Las víctimas tienen personalidades variadas; las dinámicas abusivas pueden darse entre cualquier tipo de personalidad.
Mito: Si las cosas fueran realmente mal, las víctimas se marcharían. Realidad: Abandonar es difícil por motivos de seguridad, dinero, inmigración, apoyo, hijos y otras razones.
Mito: Los maltratadores pierden el control. Realidad: Las acciones abusivas sirven para establecer deliberadamente el poder y el control sobre la pareja.
Mito: Las víctimas deben tener baja autoestima o problemas de salud mental. Realidad: El maltrato afecta a personas de todos los orígenes y perfiles psicológicos.
Mito: Las víctimas son codependientes y tienen parte de culpa. Realidad: El maltrato se deriva de la elección del maltratador de utilizar tácticas malsanas de poder y control en una relación.
Mito: Sólo el daño físico constituye violencia doméstica. Realidad: La violencia física es solo un aspecto potencial de un patrón más amplio de comportamientos abusivos y controladores.
Mito: Los malos tratos no se dan en las relaciones LGBTQ. Realidad: La violencia doméstica se da en todas las configuraciones de relación en tasas comparables a las de las parejas heterosexuales.
Reconocer estos conceptos erróneos nos ayuda a identificar los abusos que a menudo se minimizan o normalizan.
Por favor, póngase en contacto con la Línea
Nacional de Violencia Doméstica al
1-800-799-7233 para desarrollar un
plan de seguridad detallado que es
específico para su situación única.
En busca de apoyo
Si sufre violencia de pareja, sepa que puede obtener ayuda a través de líneas directas y programas confidenciales contra la violencia doméstica. Estos servicios ayudan a:
- Planificación de la seguridad para protegerse a sí mismo y a sus seres queridos. Los planes de seguridad pueden incluir vías de evacuación, contactos de emergencia, refugios, palabras clave, etc.
- Conexión con servicios de asesoramiento, grupos de apoyo, asistencia sanitaria, abogados y otros recursos.
- Encontrar alojamiento de emergencia o transitorio y ayuda para el realojamiento.
- Navegar por el sistema legal si se persiguen órdenes de protección o se presentan cargos.
- Acceso a un apoyo culturalmente competente que responda a las necesidades específicas de las comunidades marginadas.
- Proporcionar intervención en crisis, gestión continua de casos y reconstrucción a largo plazo de la seguridad y la autonomía.
No tiene por qué gestionar los malos tratos usted solo. Los defensores pueden ayudar a evaluar las opciones, sopesar los riesgos y los beneficios, y recorrer con usted el camino hacia la seguridad y la paz.
El poder de la comunidad
Aunque la violencia de pareja suele pasar desapercibida, se alimenta del silencio. Todos tenemos un papel que desempeñar para sacarlo a la luz y apoyar a los supervivientes. He aquí algunas formas en que las personas y las comunidades pueden marcar la diferencia:
- Creer y apoyar a las víctimas cuando comparten sus experiencias. Escuchar sin juzgar y evitar actitudes que culpabilicen a las víctimas.
- Aprenda las señales de advertencia del maltrato para reconocerlo en sus propias relaciones, así como entre familiares, amigos y compañeros de trabajo. Visite a los seres queridos que le preocupan.
- Familiarícese con las agencias locales de violencia doméstica que ofrecen recursos en su comunidad. Mostrar la información de su línea directa.
- Para ayudar a las víctimas de malos tratos a superar los obstáculos, es importante apoyar medidas gubernamentales más contundentes. Estas acciones incluyen proporcionar ayuda para la vivienda, tiempo libre remunerado, protección de la inmigración y ejecución de órdenes de alejamiento.
- Promover la educación sobre relaciones sanas entre adolescentes y adultos jóvenes. Modela el respeto, el consentimiento y la igualdad en tus propias relaciones.
- Interrumpe los comentarios, chistes o relatos de los medios de comunicación que trivialicen, culpabilicen o resten importancia a la violencia doméstica.
- Organice actividades de sensibilización en su lugar de trabajo, escuela, comunidad religiosa u organizaciones locales.
- Realice donaciones económicas a programas contra la violencia doméstica que aborden esta necesidad urgente.
Todos tenemos un papel que desempeñar para cultivar una sociedad que no tolere la violencia de pareja. Juntos podemos acabar con el estigma social y crear vías de seguridad para las supervivientes.
Curarse de los malos tratos domésticos requiere comprensión, valor, persistencia y apoyo. Pero la transformación es posible.
Participar en el Mes de Concienciación sobre la Violencia Doméstica ayuda a arrojar luz sobre esta realidad a menudo tácita para los millones de supervivientes de todo el mundo.
Muestra a las víctimas que no están solas en el camino hacia la plenitud. Aumenta la concienciación pública y el cambio social necesarios para acabar con la violencia de pareja.
Nos queda trabajo por hacer, pero podemos construir una sociedad que sea justa, segura y empoderadora para todos.