El camino hacia un apego seguro en la edad adulta

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La calidad de nuestras primeras relaciones determina cómo nos relacionamos con los demás. Las personas que han tenido la suerte de establecer vínculos afectivos seguros en la infancia suelen tener más facilidad para crear lazos afectivos en la edad adulta.

Sin embargo, aunque no se establezcan vínculos seguros desde el principio, las personas pueden desarrollar un apego sano más adelante.

Romper los muros emocionales: Cómo superar la evitación displicente

Los estilos de apego influyen en nuestra forma de relacionarnos. Los individuos con un estilo de apego evitativo displicente suelen erigir barreras emocionales que dificultan la intimidad.

Sin embargo, con autoconciencia y esfuerzo, es posible cultivar vínculos seguros y satisfactorios. Este artículo explica la evitación displicente y ofrece orientación para relacionarse en profundidad a pesar de las defensas arraigadas.

¿Qué es el Apego Evitativo Displicente? - Orígenes

Como estableció John Bowlby, pionero de la teoría del apego, las relaciones tempranas moldean nuestra capacidad para la intimidad.

Una crianza receptiva que satisfaga las necesidades de afecto y consuelo del bebé fomenta un apego seguro.

Estos niños interiorizan la sensación de merecer amor y la creencia de que las relaciones proporcionan seguridad. Cuando los padres se muestran distantes, insensibles o rechazantes, los niños aprenden a descartar las necesidades relacionales por considerarlas poco importantes.

Se repliegan sobre sí mismos, volviéndose ferozmente independientes. De adultos, siguen evitando la dependencia y la percepción de debilidad.

Desgraciadamente, los cuidados incoherentes, negligentes o abusivos generan un apego inseguro. Estos niños se sienten inseguros sobre la fiabilidad de los demás.

Pueden protegerse de las heridas evitando por completo las necesidades emocionales o los apegos.

Los que tienen un estilo despectivo minimizan la relevancia de la cercanía. Al haber visto rechazada su exposición, desplazan los deseos de intimidad hacia la independencia y la autosuficiencia.

Las personas que se muestran reticentes mantienen las distancias por reflejo para sentirse seguras, y les cuesta confiar incluso en sus parejas más queridas.

Trágicamente, al atrincherarse para evitar el dolor, también sacrifican la verdadera intimidad. La buena noticia es que los patrones de apego, aunque estén profundamente arraigados, pueden cambiar a lo largo de la vida.

El impacto del apego temprano

Nuestro modelo inicial de apego influye poderosamente en el crecimiento social, emocional y cognitivo. Los bebés con un apego seguro muestran curiosidad de pequeños, confianza en sí mismos de preescolares y mejores estrategias de afrontamiento durante toda la infancia.

Los niños con apego inseguro suelen presentarse de forma diferente. Tienden a mostrarse más retraídos, ansiosos, enfadados o desconectados de las experiencias internas.

Los patrones de apego iniciales se extienden también a la edad adulta. Los que gozan de una seguridad temprana suelen tener más facilidad para establecer vínculos afectivos.

En cambio, las personas lastradas por unos comienzos inseguros suelen luchar contra el miedo al abandono o al rechazo. Pueden aislarse, gravitar hacia relaciones perjudiciales o negar su anhelo de cercanía.

La buena noticia es que los seres humanos siguen siendo capaces de realizar cambios significativos a lo largo de la vida. Incluso alguien que sufrió abandono en la infancia puede cambiar su estilo de apego con el tiempo. El camino requiere motivación, valor y el apoyo adecuado.

Por qué es importante el estilo de apego

El estilo de apego de una persona determina casi todas las relaciones, desde la amistad hasta el romance. Influye en las pautas de comunicación, la gestión de conflictos, la capacidad de ser vulnerable y la capacidad de intimidad.

Por ejemplo, los individuos preocupados se obsesionan con sus parejas, exigen que se les tranquilice constantemente y reaccionan con fuerza cuando se les separa.

Las personas displicente niegan necesitar cercanía, evitan la conexión emocional y se retraen cuando se sienten asfixiadas.

Las personas temerosas oscilan entre los extremos, mientras que las parejas seguras equilibran la autonomía y la disponibilidad emocional.

El estilo de apego también está relacionado con la salud mental y la autoestima. Un estudio relacionó el apego inseguro con un aumento de la depresión, la ansiedad, los pensamientos suicidas y los trastornos de la personalidad. Otras investigaciones revelaron asociaciones entre el abandono emocional temprano y diversas dificultades en la edad adulta.

Los riesgos que plantea un apego malsano exigen atención. La búsqueda de seguridad permite a las personas reescribir patrones psicológicos arraigados, una clave fundamental para el bienestar.

Estilos de apego

Seguro:

Se siente cómodo con la intimidad; equilibra dependencia e independencia; comunica sus necesidades con eficacia.

Seguro:

Se siente cómodo con la intimidad; equilibra dependencia e independencia; comunica sus necesidades con eficacia.

Evasivo Displicente

Altamente independiente; minimiza la importancia de las relaciones; suprime las necesidades emocionales.

Evasivo Despectivo:

Altamente independiente; minimiza la importancia de las relaciones; suprime las necesidades emocionales.

Ansioso:

Preocupado por las relaciones; le preocupa el abandono; busca altos niveles de intimidad.

Ansioso:

Preocupado por las relaciones; le preocupa el abandono; busca altos niveles de intimidad.

Evasivo Temeroso:

Desea intimidad pero teme el rechazo; reprime las necesidades hasta que la ansiedad le abruma; se acerca y evita a su pareja.

Evasivo Temeroso:

Desea intimidad pero teme el rechazo; reprime las necesidades hasta que la ansiedad le abruma; se acerca y evita a su pareja.

Señales de evitación displicente

La evitación despectiva aparece en ciertas actitudes y comportamientos. Es fundamental detectar las siguientes tendencias en ti mismo o en tu pareja:

  • Distanciamiento cuando las conversaciones se vuelven íntimas. Es posible que de repente recuerde tareas que debe realizar.
  • Sentirse fácilmente abrumado o presionado en las relaciones. Necesitas mucho tiempo a solas.
  • Dificultad para solicitar o recibir ayuda. Es probable que te sientas orgulloso de ser autosuficiente.
  • Anteponer el trabajo, las aficiones o los amigos a las relaciones sentimentales. Los socios se sienten devaluados.
  • Mostrando un encanto superficial pero evitando revelarse. Evitas los intercambios sinceros.
  • El malestar surge cuando los demás son muy vulnerables.
    Las muestras de tristeza o las lágrimas pueden provocar malestar.
  • Ofrecer soluciones lógicas, no apoyo emocional, cuando la pareja está disgustada. En los conflictos, es probable que usted se centre primero en la resolución de problemas.
  • Sentirse agobiado por las necesidades emocionales de la pareja. Sienten que sus necesidades se agotan.
  • Salvaguardar la autonomía y negar la necesidad de los demás. No le gusta depender de socios.
  • Ocultar tus propias necesidades emocionales por vergüenza.
  • Dificultad para expresar emociones más allá de la ira o la excitación.
  • Esquivar las conversaciones sobre relaciones o planes de futuro. Vive plenamente el presente.

Si bien el distanciamiento ocasional es normal, los patrones de evitación constantes obstaculizan la creación de vínculos seguros. Darse cuenta de las tendencias de rechazo a medida que se producen ofrece la oportunidad de dejar de retraerse y, en su lugar, profundizar en la conexión.

Desencadenantes de la evitación displicente

Ciertas situaciones desencadenan con frecuencia distanciamientos despectivos como:

  • Un compañero que hace preguntas emocionales. Al principio, las preguntas de sondeo pueden parecer invasivas.
  • Conversaciones sobre el estado de la relación o el futuro. Estas discusiones me constriñen.
  • La pareja necesita más seguridad y afecto en momentos de estrés. Su necesidad puede sentirse engullida.
  • Conflictos que necesitan una resolución emocional. La lógica y la fijación a menudo se sienten más seguras que los sentimientos.
  • Invitar a un compañero a tu mundo interior. Esto exige una vulnerabilidad no deseada.
  • Un compañero que revela sus propias heridas y defectos. Puede que instintivamente mantengas muros.
  • Hablar de heridas pasadas o de razones para evitarlas. Pueden resurgir recuerdos dolorosos.
  • Admitir la privación emocional en la infancia. Esto contradice la independencia.
  • Considerar la terapia juntos. Considerar la terapia puede parecer amenazador al principio.
  • Una pareja que busca un mayor compromiso o intimidad. Esto exacerba los temores de autonomía.

Cuando se desencadenan, los individuos despectivos se distancian por reflejo para reclamar el control. Reconocer los desencadenantes habituales permite a las personas y a las parejas planificar de antemano la forma de afrontar la situación. Así se evita la retirada total.

Con un esfuerzo concertado, las personas que despiden pueden ampliar su ventana de tolerancia a la vulnerabilidad. Las parejas también pueden aprender a iniciar la intimidad con suavidad. Sanar las heridas relacionales del pasado lleva tiempo, pero descartar patrones puede suavizarse con cuidado.

Consejos para superar la evitación displicente

Para personas displicentes y comprometidas con el crecimiento:

  • Reconozca sus patrones de evitación. Acéptalas como estrategias de afrontamiento, no como defectos personales.
  • Explore las raíces de su evitación mediante la autorreflexión, el diario o la terapia.
  • Comparta su estilo de apego con su pareja y comprométase a cambiar.
  • Identifique la vergüenza, los miedos o las necesidades de apego insatisfechas que impulsan sus defensas. Resuelve estos problemas.
  • Desafíe las voces internas que le instan a ser más autosuficiente que vulnerable. Asume riesgos emocionales cuando te sientas seguro.
  • Aprende a identificar y comunicar tus sentimientos y necesidades. Practica cómo expresarlas.
  • Permita que su pareja le apoye y le tranquilice en lugar de mostrarse siempre fuerte.
  • Tolera las imperfecciones en ti mismo y en tu pareja. La perfección no es necesaria para el amor.
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Con motivación, valentía y apoyo, las personas que desestiman pueden desarrollar gradualmente un funcionamiento seguro en las relaciones. Las nuevas habilidades para relacionarse construyen intimidad con el tiempo, dando lugar a vínculos profundamente satisfactorios.

Si reconoce signos de evitación displicente en usted o en su pareja, anímese. Los patrones relacionales defensivos pueden superarse, pero se requiere valentía, paciencia y compromiso por parte de ambos individuos.

Busque apoyo a través de asesoramiento centrado en el apego o grupos de apoyo. Lee libros y artículos sobre la teoría del apego para obtener más información.

Con motivación para cambiar, pueden desarrollarse nuevas habilidades para relacionarse, permitiendo la intimidad profunda que deseas. La recompensa de persistir en la lucha contra el apego es inmensa.

Podéis construir una relación segura y emocionalmente satisfactoria trabajando juntos día a día.

Si te ves a ti mismo luchando con patrones de apego inseguros, debes saber que el crecimiento es posible. Considere la posibilidad de buscar apoyo para transformar viejas heridas relacionales en fuentes de fortaleza.

Póngase en contacto con mi consulta si necesita ayuda para dar sentido al dolor del pasado o aprender habilidades para vincularse de forma más segura de cara al futuro.

Llame ahora al (561) 376-9699 / (305) 981-6434 para programar una consulta para explorar cómo la terapia puede ayudar a transformar las tendencias de apego arraigadas.