Superar los traumas del pasado y seguir adelante
Las heridas y cicatrices de traumas pasados pueden dificultar vivir plenamente el presente.
Ya se trate de adversidades en la infancia, una mala relación, un duelo u otros acontecimientos angustiosos, estas experiencias dolorosas suelen quedarse con nosotros e influir negativamente en nuestra vida actual.
La buena noticia es que con autocompasión, determinación y la ayuda adecuada, podemos procesar los recuerdos traumáticos, recablear nuestro cerebro y recuperar la felicidad y la paz interior.
Por qué debemos abordar los traumas del pasado
Los traumas, especialmente los de la infancia, pueden moldear nuestra imagen de nosotros mismos y nuestra visión del mundo durante la edad adulta.
Los supervivientes de abusos suelen padecer ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultades para relacionarse. Los veteranos pueden revivir recuerdos de combate y sufrir TEPT. La pérdida de un ser querido puede dejarnos sumidos en el dolor durante años.
Sin embargo, no tiene por qué ser así. Todos tenemos una notable capacidad de resistencia y crecimiento.
Afrontando los traumas del pasado con valentía y apoyo, podemos superar sus efectos persistentes.
Podemos reconocer el pasado sin dejar que defina el presente.
Nuestro cerebro siempre está cambiando y adaptándose a las nuevas experiencias.
Este neuroplasticidad nos permite formar nuevas vías neuronales y transformar viejas heridas en sabiduría.
Aunque la terapia del trauma requiere tiempo y dedicación, proporciona una hoja de ruta que nos ayuda a avanzar.
Los beneficios de superar los recuerdos dolorosos
Procesar traumas pasados nos permite dar sentido a lo sucedido y liberar emociones reprimidas. Cuando arrojamos luz sobre viejas heridas, éstas empiezan a cicatrizar.
He aquí algunos de los principales beneficios de abordar los traumas del pasado:
- Ganar perspectiva – Comprender los orígenes de los mecanismos de afrontamiento, los comportamientos y las creencias. Ver los acontecimientos pasados de forma más objetiva.
- Reforzar la resiliencia – Desarrollar habilidades para afrontar los retos y regular las emociones. Reforzar la confianza en uno mismo.
- Mejorar la salud mental – Aliviar los síntomas de depresión y ansiedad derivados de un trauma. Sienta más paz interior.
- Mejorar las relaciones – Comunicarse y conectar mejor superando los problemas interpersonales relacionados con el trauma.
- Vivir el presente – Disminuir los desencadenantes del trauma y los recuerdos dolorosos. Concentra la energía en el aquí y el ahora.
- Libera la negatividad – Trabaja la ira, el resentimiento, la culpa, la vergüenza y la autoculpabilidad. Perdónate a ti mismo y a los demás.
Enfoques terapéuticos eficaces
Existen varios enfoques terapéuticos eficaces para trabajar el trauma:
Psicoterapia sensoriomotriz – Utiliza la conciencia corporal, los movimientos y las sensaciones para procesar los recuerdos traumáticos almacenados somáticamente.
EMDR – Utiliza la estimulación bilateral, como los movimientos oculares, para ayudar a reprocesar y dar sentido a los recuerdos traumáticos.
Hipnosis clínica – Accede al subconsciente y sustituye las asociaciones negativas.
Terapia de conversación: reunirse regularmente con un psicólogo proporciona apoyo, orientación y responsabilidad continuos.
La seguridad y la coherencia de la relación terapéutica nos permiten abrirnos a nuestro propio ritmo. Juntos, podemos ganar claridad, expresar emociones reprimidas y dar pasos adelante.
La autocompasión es igualmente importante. En los días difíciles, debemos cuidarnos como lo haríamos con un amigo íntimo.
Escuche sus necesidades, reflexione sobre sus puntos fuertes y sea paciente con sus progresos. Date espacio para sentir sin juzgar. La curación de un trauma lleva tiempo.
Consejos prácticos para superar el pasado
He aquí algunos consejos cotidianos para seguir adelante después de un trauma:
- Practique técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación, el yoga o la relajación muscular progresiva. Mantente anclado en el presente.
- Exprésate creativamente a través del arte, la música, el diario o la danzaterapia. Exteriorizar los estados internos.
- Pase tiempo al aire libre o con seres queridos que le apoyen. La conexión social y la naturaleza ayudan a la resiliencia.
- Haz ejercicio, come sano y duerme lo suficiente. Cuidar tu cuerpo beneficia a tu mente.
- Pruebe terapias centradas en el trauma como EMDR, experiencia somática o terapia de exposición. Reconecta tu cerebro.
- Únase a un grupo de apoyo para compartir experiencias y sentirse menos solo. Aprenda de los viajes de los demás.
- Rompe el ciclo de la evasión. El malestar forma parte de la curación. Apóyate en las emociones difíciles.
- Celebra las pequeñas victorias y reconoce lo lejos que has llegado. El crecimiento postraumático es real.
Como dice el refrán, lo pasado, pasado está. Pero si bien no podemos cambiar lo ocurrido, tenemos un potencial infinito para cambiarnos a nosotros mismos y nuestro futuro.
Si afrontamos con valentía las heridas del pasado desde la autocompasión, podemos reescribir nuestras historias y reclamar nuestro poder para sanar.
Liberarse de los traumas del pasado puede parecer imposible, pero es posible.
Con determinación, ayuda profesional y autocuidado diario, podemos procesar de forma constante los recuerdos dolorosos, reescribir las viejas vías neuronales y recuperar la esperanza.
Aunque inevitablemente habrá contratiempos, cada paso adelante refuerza la resiliencia y proporciona una perspectiva inestimable.
Al trabajar con lo que nos hace daño, abrimos la puerta a todo lo que puede sanarnos.
Descubrimos nuestra luz interior y volvemos a casa para saber quiénes somos realmente por debajo de todo. Nos espera un futuro más brillante y alegre.
Si estás cargando con traumas que están bloqueando tu vida hoy, te animo a que te acerques.
Soy el Dr. Benejam, psicólogo experto en terapia traumatológica. Llame al (561) 376-9699 / (305) 981-6434 para programar una consulta conmigo.
Juntos crearemos una hoja de ruta para ayudarte a superar el pasado, recuperar tu salud y felicidad, y empezar a vivir la vida que te mereces.
No hay necesidad de seguir sufriendo: tienes el poder de curarte.