No cambies el mundo: Cambia tú primero

metamorphosis

Vivimos tiempos de rápidos cambios y avances. La tecnología evoluciona constantemente, la vida va cada día más deprisa y recibimos muchos mensajes sobre cómo mejorarnos a nosotros mismos y a la sociedad.

Pero al intentar conseguir más -lograr más, adquirir más cosas, tener más éxito-, a menudo pasamos por alto el cambio positivo que más controlamos: mejorarnos a nosotros mismos desde dentro.

Como explica el psicoterapeuta Dr. Benejam, el cambio duradero no se produce forzando nuestra voluntad o nuestros ideales a los demás.

El crecimiento y la realización verdaderos llegan cuando hacemos el trabajo personal de comprendernos profundamente, afrontar con valentía los retos y vivir según nuestros valores más elevados.

Las personas anclan sus percepciones

En nuestro afán por solucionar los problemas del mundo, a menudo nos centramos en el exterior en lugar de en el interior. Firmamos peticiones, publicamos llamamientos a la acción en las redes sociales, argumentamos puntos de vista y nos unimos a movimientos.

Aunque participar en la sociedad es importante, el Dr. Benejam señala que se producen pocos avances duraderos cuando intentamos cambiar las cosas desde el ego, el juicio o la ira.

«Exigir a los demás que cambien para adaptarse a nuestra perspectiva rara vez tiene éxito», afirma. «El cambio duradero llega cuando predicamos con el ejemplo: transformando primero nuestras propias mentes y vidas».

Intentar cambiar las creencias o comportamientos de otra persona por la fuerza suele ser contraproducente, ya que provoca resistencia y actitud defensiva.

Vemos esta dinámica en todos los partidos políticos, generaciones, culturas y relaciones.

«Convencerse de que uno sabe lo que es mejor para los demás es arrogante», observa el Dr. Benejam. «Cuanto más intentas imponer un cambio a alguien, más retrocede».

Esto es cierto incluso en las relaciones familiares. Naturalmente, los padres quieren lo mejor para sus hijos y las parejas para los demás.

Pero presionar para ajustarse a las expectativas suele herir los vínculos en lugar de reforzarlos.

El Dr. Benejam ayuda a los clientes a reconocer cuándo su deseo de apoyar a sus seres queridos se convierte en un intento de controlarlos. Señala: «Uno no puede moldear a los demás según la imagen idealizada de quién quiere que sean». Todo lo que puedes hacer es trabajar en ti mismo y ofrecer compasión».

El mito de la vida perfecta

Muchas de nuestras expectativas sobre cómo «deberían» ser los demás se remontan a ideales sociales poco realistas, especialmente en torno a los roles familiares. Las redes sociales muestran imágenes pulidas de la perfección de los padres, parejas con un romance de cuento y hogares perfectos.

«Ninguna familia real se parece a las imágenes idealistas que vemos en los anuncios o la televisión. Sin embargo, estas representaciones moldean subconscientemente nuestras creencias», observa el Dr. Benejam. «Comparamos a nuestros seres queridos con estándares imposibles, lo que inevitablemente deja a todos sintiéndose inadecuados».

En realidad, todas las familias tienen problemas y disfunciones. Todos los padres cometen errores a veces, todas las parejas experimentan conflictos y ningún hogar está perfectamente ordenado.

«Dejar de lado las comparaciones y honrar la humanidad de cada miembro de la familia con compasión desactiva la crítica constante», aconseja el Dr. Benejam. «Trabaja en aceptar las imperfecciones de la vida en lugar de juzgarte a ti mismo o a los demás con dureza».

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El crecimiento personal sienta las bases de una influencia positiva

Ninguno de nosotros puede por sí solo reformar la sociedad. Pero al hacer nuestro propio trabajo de autoexamen, sanación y vida consciente, creamos ondas de impacto positivo.

Mahatma Gandhi encarnó esta filosofía en su famosa cita: «Sé tú el cambio que deseas ver en el mundo».

«El cambio duradero empieza dentro de cada uno de nosotros», confirma el Dr. Benejam. «Cuanto más desarrollemos cualidades como la autoconciencia, la sabiduría y la madurez emocional, más podremos modelarlas para los demás y ver cómo prosperan nuestras relaciones y comunidades».

Entonces, ¿por dónde empezar el camino de la superación personal? El Dr. Benejam ofrece las siguientes orientaciones para la indagación reflexiva y el crecimiento:

Mira en tu interior antes de buscar en otra parte. Siente curiosidad por tu mundo interior: valores, heridas, motivaciones, deseos, miedos. Para crear un cambio positivo, primero hay que conocerse profundamente a uno mismo.

Acepta la responsabilidad de tus emociones. En lugar de culpar a las personas o a las circunstancias, reconoce que tus reacciones provienen de tu interior. Cada individuo tiene siempre la capacidad de decidir cómo responder a las circunstancias.

Abstenerse de juzgar a los demás. Juzgar a los demás como ignorantes, equivocados o inferiores refleja tus propias críticas internas. La compasión por la falibilidad humana disuelve el juicio.

Tómese tiempo para la introspección y para procesar cualquier dolor o trauma emocional. ¿Hay viejas heridas o inseguridades que alimentan la ira, la necesidad de control o el perfeccionismo? Enfrentarse a un trauma no resuelto restaura la compasión.

Alinear las acciones con los valores. Mantente anclado en lo que importa: la familia, la comunidad, la integridad, el crecimiento. Deja que los valores determinen las prioridades y el comportamiento más que la validación externa.

Esfuérzate por amar a los demás incondicionalmente, sin expectativas. ¿Cómo actuarías si nada de lo que hicieran los demás pudiera mermar tu amor y tu buena voluntad? El amor sin ataduras fomenta la seguridad y el crecimiento mutuo.

Seguir creciendo y desarrollándose a lo largo de la vida. El estancamiento provoca insatisfacción e inquietud. Superar continuamente las zonas de confort, desarrollar intereses y ampliar la perspectiva. La única constante es el cambio.

Con un trabajo interior constante, relacionarse con los demás a través de la empatía y la comprensión se convierte en algo natural. Lideramos encarnando nuestros principios en lugar de imponerlos.

El Dr. Benejam reflexiona: «No puedo obligar a un cliente a cambiar contra su voluntad». Pero puedo servir de modelo para reconciliarse con el pasado, asentarse en lo que uno es, decir verdades duras con compasión. Mis cambios interiores me permiten acompañar a otros en los suyos».

Sanar el pasado y vivir conscientemente

Muchos clientes buscan el apoyo del Dr. Benejam para superar cargas emocionales transmitidas de generación en generación.

Ya sea por heridas de la infancia, dinámicas familiares heredadas o prejuicios sociales, el dolor no curado suele infligir sufrimiento a las generaciones más jóvenes.

«Las historias que absorbemos subconscientemente determinan cómo percibimos el mundo y tratamos a los demás», explica el Dr. Benejam. «Al traer estas narrativas a la conciencia, podemos reescribirlas con sabiduría y amor».

Por ejemplo, un padre maltratado de niño tiene más probabilidades de continuar con ese patrón agresivo a menos que examine con valentía y cambie su trauma. O las mujeres a las que sutilmente se les transmiten mensajes de que son inferiores pueden dudar de su valía a menos que reformulen activamente esas distorsiones.

«Repetir modelos mentales que nos limitan o perjudican requiere conciencia e intención de interrumpirlos», afirma el Dr. Benejam.

«Sanar requiere sentir, procesar y liberar experiencias que una vez absorbimos incuestionablemente como verdad».

Este trabajo interior de liberación del pasado sienta las bases para mejorar las relaciones exteriores. El Dr. Benejam guía a los clientes a través de un proceso de:

  • Reconocer viejos dolores
  • Comprender sus orígenes al margen del propio valor
  • Liberación de la ira y la vergüenza asociadas
  • Reescribir las narrativas perjudiciales con perspectivas fortalecedoras
  • Romper los ciclos intergeneracionales perjudiciales
  • Vivir el presente con amor propio

«El objetivo no es borrar o justificar el pasado», explica, «sino aceptarlo con compasión para poder ser plenamente uno mismo hoy».

Para un cambio duradero, mejore su paisaje interior

«Si queremos familias, lugares de trabajo y comunidades más pacíficos, primero debemos encontrar la paz interior», resume el Dr. Benejam. «Uno no puede proporcionar a los demás lo que no posee en sí mismo».

Mejorar el mundo requiere sin duda una acción colectiva. Pero centrarnos primero en mejorarnos a nosotros mismos y en cómo actuamos crea las cualidades necesarias para ayudar a los demás a hacer lo mismo: empatía, integridad, valentía y compasión.

El cambio sostenible siempre empieza en el interior. A medida que curas viejas heridas, amplías tu comprensión y te alineas con tu mejor yo, te convertirás de forma natural en parte de la solución y no del problema. Sé paciente contigo mismo y con los demás en medio del proceso.

«Todos somos obras en curso, imperfectas y llenas de belleza al mismo tiempo», señala el Dr. Benejam.

«Cuanto más aceptamos esto de nosotros mismos y de la humanidad en general, más amables y reflexivos nos volvemos. A partir de ahí, cambiarnos a nosotros mismos -y por tanto a nuestro mundo- se antoja posible».

Si usted busca apoyo para convertirse en su mejor yo a través de la auto-indagación, el procesamiento del trauma, la construcción de la auto-conciencia, o relacionarse conscientemente con los demás, por favor póngase en contacto con el Dr. Benejam en (561) 376-9699 / (305) 981-6434

Al mejorar tu paisaje interior, creas ondas de cambio positivo que emanan hacia el exterior.